Una delgada linea cruza por el salón dando un quiebro a la derecha para perderse en ese pasillo interminable que siempre, paradoja, tiene un fin. La he trazado yo con un rotulador indeleble.
La trace mientras escuchaba las noticias del día. Hoy de nuevo sentí sorpresa. El tono de las noticias se diseña entre la desidia y la sorpresa: o sientes que es más de lo mismo o sientes que algo que lleva siglos sucediendo es un tema completamente nuevo.
Me sorprendio un agujero abierto en mitad de un pueblecito de Colombia. Abrí la boca en un acto reflejo en empatía con el cilindro vacío marcado por la naturaleza. Me sorprendio la revuelta internacional por el barco asediado, en mitad del mar de la guerra interminable, como si fuera una noticia nueva. Me sorprendio que se hablará de mosquitos entre las noticias que faltan y que desconozco.
Mi linea está marcada muy fina para que haga juego con mi salón Ikea. Es una linea entre el mundo y yo para seguir viendo esa televisión enorme que me mira desde la pared y me invita a conocer trozos de realidad a través de su prisma ineludible.
La trace hacia el pasillo para alejarla un poco del lugar donde mora el ordenador,la televisión, el equipo de música, la videoconsola, los tres mandos y el ipod. El pasillo interminable muere en el este de mi casa. Allí nace el sol.
La trace porque me aburría y quería sentir como mis yemas se aferraban al acto psicomotriz de hacer algo por si mismas.
La trace para recordarme en todo lo que sucede, de lo que nadie me anuncia que formo parte. La trace, está claro, para no perder la conciencia; no sé muy bien de que,pero para no perderla.
Es una linea frágil, terriblemente frágil porque está marcada con la rabia de un rotulador que no se borra.
Hoy la fragilidad está en mí y me he descuidado por apartarla: partícipe soy del genocidio de la fragilidad humana.
Es una linea frágil, terriblemente frágil porque está marcada con la rabia de un rotulador que no se borra.
Hoy la fragilidad está en mí y me he descuidado por apartarla: partícipe soy del genocidio de la fragilidad humana.
"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte"
Anónimo
Anónimo
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